Tuesday, October 31, 2006

CUESTIONES DE INTER-PIEL

Si la ciudad está llena de espectaculares con Gabriel Soto y enamorada, luciendo piel bronceada y libre de todo vello superfluo, por algo será.
Dicen los editores de esta revista que someterse al tratamiento de depilación láser es lo de hoy. Pero obtener la cita no fue nada fácil. Después de pagar los 3,000 pesos a varios meses sin intereses, abrieron una agenda en la que me encontraron 15 minutos dentro de los próximos 45 días. Antes de retirarme, una señorita muy formal me recordó:
—No depiles la zona, rasura todo el vello y… —acotó con malicia— sólo deja la forma que desees que quede.

El día acordado desperté muy temprano para, espejo en mano, decidir “la forma”. No resultó fácil, es una de esas decisiones cruciales que pueden cambiar el rumbo de tu vida. Era tal el nervio que llegué 20 minutos antes a la cita en la esquina de Tamaulipas y Juan Escutia en la Condesa.

Parada frente a mi reflejo en la entrada del lugar de moda de la depilación, supuse que la colonia entera se preguntaba qué parte del cuerpo estaba a punto de transformar. «¿Pero qué necesidad?», habría dicho mi abuela.

—¿Qué le vamos a hacer? —me preguntó la señorita del mostrador.
Estoy segura que la rubia en el otro sillón reía escondida tras una revista y que el único caballero presente hacía como que no oía, presa del pánico de que todas las presentes nos hiciéramos la misma pregunta sobre él.

Armada de valor, seguí a mi guía hasta el “consultorio”. No medía más de dos por dos, paredes frías, luces blancas, un espejo de pared a pared, una máquina del demonio y una camilla. Antes de cerrar la puerta, la mujercita me entregó un misterioso paquetito.
—Avísame cuando estés lista —dijo con tono de rutina.

Respiré profundo y abrí el envoltorio como si fuera una bomba de tiempo. Era una diminuta tanga desechable. Me quité la ropa y me puse la prenda que, gracias a la falta de lycra, me hacía ver como luchador de sumo mal fajado. Las luces blancas tampoco ayudaban: se veía hasta la más pequeña vena verde-azulosa de mis muslos.
Ahí estaba yo, acostada en la camilla, semidesnuda, cero sensual y a merced de quiensabequién. 30 segundos después llegó la señorita armada de guantes, tapabocas y bata como a punto de desinfectar una zona de alto riesgo epidémico. ¿Pero por qué parecía que estaban a punto de hacerme una intervención quirúrgica?

Por si fuera poco, me entregó unos gogles muy oscuros. ¿Y si me estaban filmando para una de esas pelis snuff y yo ni en cuenta? Obvio que era una incoherencia producto de mis nervios, pero tampoco podía dejar de pensar en la señorita que —imaginé— me miraba a la entrepierna con el ceño fruncido.

—¿Que le vamos a hacer? —repitió por enésima vez.
—Lalineadelbikini-medioabdomen-y-entrepierna… y ¡auch! —me interrumpió el primer impacto fulminante, en el ombligo.
Vi un destello brillante, oí un choque eléctrico y sentí un dolor profundo que desapareció en dos segundos y luego… olí a pelo quemado.

La sensación no era agradable. La señorita continuaba su labor criminal sin darme tregua para lanzar gritos desaforados. Con destreza fue calcinando todo el vello en ombligo, ingle, muslo, pubis… «Duele», iba yo a susurrar cuando recordé que si tienen la agenda llena de los próximos meses de 8 AM a 8 PM, será porque hay una proliferación de valientes en la ciudad. Yo no me iba a rajar.

—Abra un poco las piernas.
…O tal vez sí.
—Sepárelas.
Y bueno, aquí vamos…
—Hágame un cuatro.
Ni borracha hago yo estas cosas.
—¿Le vamos a hacer el bikini por detrás?
Silencio.
—¿Quiere el bikini por detrás? —repitió.
Más silencio. ¿Qué demonios era “bikini por detrás”?
—Eh, mmm… este… no sé…
Supongo que al ver que yo no movía ni un músculo, me preguntó ya con ligero enfado:
—¿Hasta donde se rasuró?
—Obvio… ¡Hasta donde alcancé!
—Mmm, okay… Voltéese.
Qué buen chiste. Seguramente la señorita sabía esto de la conejita de indias y me estaba poniendo a prueba…
—Eh, no, ¿eh?… ¿Voltearme? —dije.
—Sí… le manejamos lo que es el interglúteo.
No sabía si reír o llorar. Ése sí que era un descubrimiento: ¡el “interglúteo”! Y no, no bromeaba.

Boca abajo, a cuatro patas, me pregunté por qué demonios estaba permitiendo que una mujer, guante y pistola en mano, me estuviera tocando el trasero. Un ruido estremecedor y sentí una quemadura en lo más recóndito.
—¡Aaauuch!
No me dio tiempo de decir más
—Listo, mil gracias. Póngase crema y la espero afuera para darle su próxima cita.

Tras oír cerrarse la puerta, me quité los gogles, me levanté despacito y me miré al espejo. ¡Que cosa! Treinta y tantos años de ceras calientes, químicos aterradores y pincitas torturantes y en 15 —dolorosos— minutos tenía el aspecto de una gloriosa estrella porno.


Bridget Jo ahora utiliza el sufijo “inter-“ para todo: «Estoy inter-esada en las inter-relaciones inter-nacionales de inter-curso», dice, por si alguien se apunta.

1 comment:

Bridget Jo said...

. noisevere
. noisevere dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajaja no manches jo te volaste la barda entera -le manejamos el interglútelo- jaaaaaaaaaaaaajajaja.. no no no priceless chica, totalmente priceless. Para la otra cerciórate de que no haya candid cameras por ahí, eso de boca abajo en cuatro con una lady tocándote el interglútelo podría interesarle a varios :P

31 octubre, 2006 15:41
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Miss Neumann
Miss Neumann dijo...

amiga, deja de sufrir, para eso inventaron la xilocaina!!!!! en serio, ya ni la amuelas!!!

ademàs para que utilizar botox o cirugìas platiscas, si con un poco de lasser una parece niña de 9 años...

31 octubre, 2006 15:49
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Nacho
Nacho dijo...

Que inter-esante.

Te mando beso y un inter-abrazo para tí y para tu inter-nacionalmente conocido amigo el inter-acuático Manolo.

31 octubre, 2006 22:00
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Mister gonX
Mister gonX dijo...

Me declaro total y absolutamente FAN tuyo.

¿es lo que creo que es el intergluteo?

01 noviembre, 2006 15:58
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Liss
Liss dijo...

JAJAJAJAJAJAJA

Jo, you made my day. Habia estado bastante apachurrada este dia, pero con esto me rei como loca....creo q yo me hubiera soltado riendo delante de la enmascarada.

Y cuando decida (tenga $$$) hacermelo, te juro q me acordare de ti y me voy a reir.

Ahora solo queda monear la inversion :D

01 noviembre, 2006 22:37
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Pablo Puga
Pablo Puga dijo...

inter-risas, muchas inter-risas! jajajajajajajajajaja

Que increible es leerte.

saludos Jo!

04 noviembre, 2006 01:01
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RAYDIGON
RAYDIGON dijo...

jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

Ahhhhhhhhhhhh que Jooooooooo !!!!!

En fin, la vanidad es así y hay que agradecerla...

Enorme beso.

jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

04 noviembre, 2006 18:43
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Plaqueta
Plaqueta dijo...

¡Juar! No manchessss, esto supera todas las horas y horas y horas de inter-esantísimas charlas sobre depilación. ¡Es que noooh-no-noh, el interglúteo, juar!

Oyes, estem, ¿y sí duele mucho?

No, híjoles, mejor yo con mi amigo el rastrillo bic que no sabe fallar.

04 noviembre, 2006 21:22
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Juan Solo
Juan Solo dijo...

Oye sí faltó la foto ehhhh, para ver cómo quedó!!!! Es que nomás así escuchando sin saber tampoco (ahora después de escuchar el término bikini por detrás creo que seguramente hay de todopor detrás, no?) pues sí dan ganas de inter-venir pero no estaría mal ver.

05 noviembre, 2006 16:12
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..lau..
..lau.. dijo...

no duele!! y eso de estar always available yeeeeeeeeeeeei!! no se como es q no lo habían inventado antes jejejej

06 noviembre, 2006 09:05
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Malakatonche
Malakatonche dijo...

Venía corriendo para sugerirle de la manera más atenta que regresara a la bloggeada, motivocausarazón de sus artículos en yasabeustédonde, pero veo que me se me ha adelantado.

A propósito de este tema, unos amigos sacaron una sesión de masaje a base de gijarros para su servilleta - sin mi consentimiento, cabe hacer la aclaración-, y no sé si estoy capacitado para la experiencia.

¿Qué hago?

-Antropoide hijo de la mala vida

06 noviembre, 2006 16:00
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Negra
Negra dijo...

¿Dónde anda Usted mi querida Jo con J?

07 noviembre, 2006 20:15