Tuesday, October 10, 2006

STIP BUNNY, STRIP

Descubrir, después de los 30, que existen músculos que una no tiene idea que se pueden mover voluntariamente es una experiencia memorable.

Mi nueva misión salió de las mentes retorcidas de los editores de la revista:
—Strip Bunny, strip —dijeron.
No sonaba nada mal para una de espíritu tropical y piesecito bailarín que se jura dominante en el asunto del ritmo. Corrí a inscribirme en mi siguiente experiencia extrema: clases de strip tease.

El trato lo hice por teléfono. Edith —famosa y reconocida jubilada del arte del encuere— me haría un lugar en sus clases. La cita en su propio instituto en Eugenia y División del Norte. Sólo me dijo: trae ropa cómoda. Una frase que a la hora de prepararme resultó un enigma… para una experta del strip tease ¿qué demonios significa ropa cómoda? (Elegí tímidamente unos pants holgados y una t-shirt dominguera.)

La respuesta la encontré el sábado a las diez de la mañana al subir las escaleras y encontrarme en el salón de duela rodeado de espejos, un tapete de peluche rosa, boas de plumas colgadas de las paredes y un coqueto sillón al fondo (para los espectadores, supuse). Había seis alumnas. Las aprendices de teiboleras íbamos de los escasos 20 hasta pasados, muy pasados, los 50. Una apretaba los kilos de más en body con transparencias, otra en versión deportiva despertaba nuestra envidia con el abdomen plano, estaba la voluptuosa, con aretes étnicos y actitud tántrica y hasta una más por ahí, chiquita, flaquita, insignificante que me recordó a Lety la Fea. Todas ligeramente avergonzadas de las oscuras intenciones que nos habían llevado hasta ese saloncito de la Del Valle.

Cuando el silencio empezaba a resultar incómodo, la que desde hoy sería mi gurú en estas artes dancístico-eróticas, de edad indescifrable y cuerpo espectacular, se paró frente a nosotras. Llevaba unos pants rosas a la cadera que se detenían sólo gracias a un trasero obscenamente prominente y un top que parecía reventar. El pelo suelto, rubio, le caía a mitad de la espalda y medía siete centímetros más gracias a la plataforma de sus sandalias pata de gallo. Saludó energética y sonriente y encendió la música.

Tumbada en el suelo, a cuatro patas, sobre un tapetito de yoga, me dispuse a movimientos muy lejos del ashtanga. Debía, en tres tiempos, deslizarme, girar el trasero al ritmo de la cabeza, mirar de reojo al espejo, arrastrar una mejilla en el suelo y regresar a la posición sin usar los codos. No pude llegar ni al tiempo dos.
Una vez de pie, mi descoordinación se volvió más evidente. Bajo las órdenes de «acaríciate, gózate, disfrútate» y un más intenso «muevan la cola» intenté deslizar los pies mientras me enredaba los dedos en el pelo, mover la pelvis en círculos y tensar la entrepierna inclinando la cabeza a la izquierda, bajar la barbilla y mantener los brazos entrelazados por detrás para marcar el dérriere. Todo esto, al ritmo de Christina Aguilera.

«Soy una auténtica vaca echada», pensé viendo cómo temblaban mis piernas y brazos. Llevaba una hora perdiendo el paso y sin saber si contar en voz alta, mirarme fijamente, avergonzarme o aprenderme la coreografía.
Al terminar la primera hora, la instructora nos condenó:
—Ahora ustedes solas que voy a verlas.
¿Estamos todos locos? ¿De verdad cree que me voy a poner a bailar a solas sin chelas de por medio?

Mientras el pánico escénico me consumía, una por una fuimos pasando. ¡Vaya revelaciones! La cincuentona, ¡con rodilleras puestas!, dio ejemplo de buena voluntad intentando levantarse del piso sin meter las manos, la joven tantra perdió tres veces el paso y cuando tocó el turno a la atleta de abdomen plano, la envidiamos, pero tenía que ser imperfecta:
—¡Tócate! —marcaba la instructora desde la esquina.
Y ella con la mano atrofiada. No había manera: acariciarse le resultó absolutamente imposible.
Entonces, se me acercó la chica del encaje negro:
—La primera vez es la más difícil —y su consejo me sonó al que se da a media noche y en cualquier tugurio a toda teibolera principante.
Entonces se lanzó a la pista la tímida Lety la Fea. Frente al espejo se transformó. Con una mano en el pelo y otra en el pecho, frotaba su cuerpo en un éxtasis creciente.
Enmudecimos.

Tocó mi turno. Cerré los ojos y contuve el aliento. La música dio inicio. Undostres, repetía mi cabeza. Undostres, giraba alrededor de la silla. Undostres, caminaba mirando con los ojos entrecerrados al espejo. Undostres, me olvidaba de las presentes. Undostres, me acaricié el pecho. Undostres, recordé que lo que menos le importa es la exactitud coreográfica. Undostres, sonreí de lado. Esto estaba siendo mejor que la terapia sicoanalítica de los últimos seis meses. Undostres, me convencí: firme, final y nalgadita en el trasero.




Bridget Jo ahora ya le maneja lo que viene siendo el tubo, el “lapdans” y los movimientos básicos de piso. ¡Y tiene bonita letra!

3 comments:

Anonymous said...

Jajajajaj!
Qué bueno, Jo! Andás metida en unas... eso me pasa por no visitarte más seguido, cuando vuelvo. ¡no te reconozco, a medio camino entre el strip tease y editora!

Bridget Jo said...

dijo...

Cuando se maneja bien, se puede llagar a ser estrella, es un oficio bien remunerado...
Piensalo JO ;)

10 octubre, 2006 17:08
Suprimir
. noisevere
. noisevere dijo...

Jajajajaja condenada como me has hecho reir. Definitivamente suena a una experiencia de esas de "was that really me????????".

La próxima sesión prometa Shania Twain con su "let´s go giiiiiirls"... con esa hasta la más santa se vuelve teibolera.

11 octubre, 2006 00:34
Suprimir
..lau..
..lau.. dijo...

huuuuuuy!! en alguna ocasión me inscribí en uno de esos cursos y son de lo mas divertidos, sobre todo cuando entre las alumnas hay mamás con sus hijas adolescentes y salen corriendo espantadas al descubrir la inminente sexualidad y sensualidad de sus pequeñuelas..

Diviértete Jo..puede ser muy útil, jejeje

11 octubre, 2006 10:47
Suprimir
Mister gonX
Mister gonX dijo...

Durante unos minutos no pude ni articular palabra.

11 octubre, 2006 13:57
Suprimir
Nacho
Nacho dijo...

Con esas aptitudes...
¿Donde firmo?

11 octubre, 2006 14:06
Suprimir
Bitchie4ever
Bitchie4ever dijo...

Jelouuu!!
a great Blo' hay si la neta escribes súper bien jaja y el post que decir del arte del encuere jojo no pues cada quien asu trabajo definitivamente soy de las personas que le gusta nadmas ver jaja no actuar XDDD si ya parecería cuerpo de perro parado XDD no para nada SXY that's Me XDD.

Saludos
See u.
Cuídate :p y..... Muchos besos ;-)

12 octubre, 2006 00:03
Suprimir
FELAPS
FELAPS dijo...

gracias, gracias, gracias.
despues de este simpatico relato puedo transcurrir el dia de hoy de una manera tranquila.
soy fan de la historia o si.
Aprte de que me identifico porque yo estoy aprendiendoa hacer artes marciales y en mi imaginacion mis movimientos eran lentos fluidos y perfectos, segun yo dibujaba lineas cual complicado planos para la construccion de un edificio hasta que me mire en el espejo.
Parecia un rotoplas cayendo por la sotea, parecia la dansa de los eslefantes en fantasia, solo se veia mi enorme trasero regordete y mis piernas torpes moviendose a destiempo y torpemente. Un año despues no puedo decir que sea bueno pero he mejorado

12 octubre, 2006 11:38
Suprimir
Liss
Liss dijo...

Jo, me hiciste reir mucho!!!! Algo asi senti el fin de semana q me pusieron abailar samba a mi sola enfrente de mas de 50 personas, al principio fue dificil, pero despues escuchas la musica y se te olvida todo. Bien por animarte a tomar tus clases!!! En cuanto pueda yo tambien le entro.

17 octubre, 2006 17:12
Suprimir

rosy123 said...

Très bon article, comme toujours. Il a le mérite de susciter le commentaire
voyance gratuite rapide en ligne